La época de lluvias llegó a la capital del Atlántico y también comienzan a formarse los arroyos en las calles de la ciudad. Desde hace más de cinco años comenzó el proyecto de la canalización de los arroyos y la Administración Distrital lo vendió como el fin de esas corrientes de agua que tanto daño le hacen a la ciudad.
Aunque este proyecto sí ha disminuido el caudal de las corrientes de agua que se forman por los aguaceros, todavía persisten algunos arroyos en algunos puntos de ‘La Arenosa’. A esta problemática se suma la falta de mantenimiento que presentan las rejillas de los recolectores de agua pluvial en algunas zonas de Barranquilla.
Las piedras, basuras, arena y otros elementos, se han ido acumulando en las rejillas a lo largo del tiempo y ha sido tan prolongado el descuido que la naturaleza tomó posesión de esos espacios con el crecimiento de la maleza y plantas de distintas especies que crecen sin control.