Moradores y comerciantes del Corredor Universitario, donde avanza la cuarta fase de las obras de construcción de la Gran Vía, vienen denunciando desde hace días la polvareda que levanta la remoción de tierra y el caos vehicular que se genera en todo el sector.
La situación, que en tema de salud podría generar traumas respiratorios y riesgos de vida, parece no tener dolientes por parte de la Gobernación del Atlántico ni de los contratistas encargados de las obras, ya que no existe alguna planeación que permita minimizar las exposiciones por la problemática.
El pasado 16 de febrero, los afectados realizaron una movilización y paralizaron por varios minutos las obras, advirtiendo que si la situación continúan, impedirán a los trabajadores el desarrollo del proyecto.