Después de dos ataques contra sus buses, uno a bala y el otro a piedra, los conductores de la empresa Transportes Lolaya decidieron no salir este miércoles a cumplir su trabajo por miedo a posibles atentados del Clan del Golfo para presionar el pago de extorsiones.
El fin de semana, una buseta de Lolaya recibió un tiro en el panorámico en el barrio Soledad 2000 cuando iba sin pasajeros. El conductor resultó ileso.
El otro ataque ocurrió en la Circunvalar, donde un bus fue vandalizado por desconocidos que lo atacaron a piedra.
El Clan del Golfo hizo circular un panfleto por cadenas de Whatsapp y redes sociales en el que amenazan a los directivos de la empresa y les exigen sentarse a negociar.
Transportes Lolaya tiene tres rutas y la decisión de paralizar el servicio perjudica a miles de usuarios, principalmente en Soledad.