Por varios días Colombia estuvo celebrando que una barranquillera obtuviera el Globo de Oro, uno de los premios que otorga la prensa especializada en cine y televisión a las mejores producciones de todo el mundo.
La galardonada con la codiciada estatuilla era Geraldine Fernández, quien afirmó haber sido parte del equipo de los encargados de diseñar las ilustraciones de El Niño y La Garza, quien obtuvo el premio a Mejor Película Animada.
Esta producción es una realización de la productora Studio Ghibli de Japón. El Niño y La Garza trata sobre un joven de 12 años que lucha por asentarse en una nueva ciudad tras la muerte de su madre. Sin embargo, cuando una garza parlante informa a Mahito de que su madre sigue viva, entra en una torre abandonada en su busca, lo que le lleva a otro mundo.
El anuncio de Geraldine de haber participado como diseñadora de la película generó alegría en las distintas redes sociales y varios medios de comunicación quienes la buscaron para entrevistarla. La joven le dijo a la prensa que había dibujado 25.000 fotogramas que aparecieron en la película, lo correspondiente a aproximadamente 30 minutos de la duración total del audiovisual.
“Jamás en la vida, a mis 30 años, pensé que iba a terminar trabajando para estudio Ghibli realizando la producción y no solo estando en la película más reciente, sino en la película del retiro de Hayao Miyazaki, es algo difícil de creer”, dijo en un video Geraldine, llena de júbilo.
Pero la alegría de muchos colombianos y de la misma Geraldine terminó cuando la Revista Cambio comenzó a indagar los documentos que entregó la diseñadora a la empresa Tecnoglass, donde trabaja desde hace varios meses. Según ese medio de comunicación los documentos que ella entregó a la empresa para acreditar su participación en la película son en realidad las pruebas de que realizó un curso de cerámica japonesa.
Así las cosas, las lluvias de críticas y comentarios despectivos y burlescos no pararon en las redes sociales. Los documentos que Cambio investigó no tenían ninguna relación con El Niño y La Garza y Geraldine pasó del anonimato al desprestigio.