El gobierno del presidente Gustavo Petro enfrenta una grave crisis de liquidez, con los depósitos del Tesoro Nacional (DTN) en el Banco de la República reducidos a niveles alarmantes. A inicios de abril, estos depósitos cayeron a $4,1 billones, una cifra significativamente menor que los $14,8 billones del año anterior y muy por debajo de la mediana histórica de $25,9 billones entre 2002 y 2022. La caída en los ingresos tributarios y los efectos negativos de la reciente reforma tributaria se citan como las principales causas de esta situación.
En respuesta a la crisis, el Ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha propuesto elevar el techo de deuda para brindar mayor flexibilidad financiera al país. Sin embargo, los analistas enfatizan la necesidad de reducir el gasto público, que ha aumentado de manera constante. A pesar de una ejecución presupuestal baja en abril, con solo un 27,3% en compromisos, el gasto nominal del Gobierno ha crecido significativamente debido a un incremento del Presupuesto General de la Nación (PGN) de $423 billones en 2023 a $502 billones en 2024.
Este aumento del gasto, combinado con un crecimiento insuficiente en la recaudación de impuestos, ha llevado al Gobierno a acelerar la emisión de deuda pública interna, prevista en $53,4 billones para 2024. El saldo de los Títulos de Tesorería (TES) creció de $497,9 billones a finales de 2023 a $503,7 billones en marzo de 2024. Los problemas de liquidez continuarán presionando la implementación de estrategias financieras, potencialmente llevando a emisiones de deuda menos transparentes y poniendo en riesgo la estabilidad económica del país.