La pandemia de coronavirus ha dejado escenas demasiado habituales, como la de las mascarillas abandonadas en plena calle. Muchas de ellas son de un solo uso, sin embargo son muchos las que se olvidan de tirarla al contenedor que toca. Tanta es la gravedad, que se han llegado a encontrar en el fondo del mar, provocando así un grave problema para el medioambiente, con la llegada de las lluvias también preocupa el mal tratamiento que las personas le están dando a estos desechos de protección.
Son mascarillas de polipropileno, un material plástico derivado de combustibles fósiles. El problema es lo que tarda este en descomponerse, nada menos que 400 años. Por eso, el distrito de Barranquilla, a través de Barranquilla verde, tratan de concienciar a la población sobre este tema, pues estos microplásticos de los que están compuestos terminan en ríos y mares, afectando a la vegetación y especies marinas.