Los combates que han dejado 3.823 muertos en el Líbano y 129 en Israel, decenas de desplazados y provocado pérdidas económicas y materiales por aproximadamente 8.500 parecen haber llegado a su fin.
Un alto al fuego entró en vigor en el Líbano este miércoles poniendo fin a más de un año de conflicto que fue provocado luego que Hezbolla lanzara ataques fronterizos contra Israel en apoyo a su aliado palestino de Hamas.
El acuerdo, está basado en la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU y auspiciado por Estados Unidos y Francia, prevé un cese inicial de los combates durante 60 días y exige a Hezbollah que ponga fin a su presencia armada en el sur del Líbano, mientras que las tropas israelíes deben regresar a su lado de la frontera.
Uno de los objetivos fundamentales es desmilitarizar el sur del Líbano y evitar la reconstitución de fuerzas armadas terroristas en la región. «El acuerdo fue diseñado para ser un cese permanente de las hostilidades”, indicó el presidente Joe Biden.
Sin embargo, a pesar de ese acuerdo al menos 33 personas han fallecido por los constantes bombardeos por parte de las Fuerzas Armadas de Israel. n horas de la madrugada la aviación israelí bombardeó la escuela Al Tabaeen, en el barrio de Daraj de ciudad de Gaza, matando a 8 personas, al menos 3 niños, convirtiéndose este en el segundo ataque en menos de 24 horas.