El 29 de diciembre de 2023, durante su posesión en Rebolo, el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, dijo que mejorar la seguridad sería una de las banderas de su tercer mandato y que para ello había contratado a un «Chará y un Cantillo» en materia de lucha contra la criminalidad, en clara alusión a los refuerzos estelares de Junior.
Se refería a los generales en retiro Julio González y Mariano Botero, quienes integrarían el equipo de seguridad junto a Yesid Turbay, viejo alfil charista, jefe de la Oficina de Convivencia Ciudadana del Distrito.
Sin embargo, a pesar de estos nombramientos, la criminalidad sigue campante en Barranquilla. En los primeros cuatro días de agosto fueron cometidos 21 homicidios en el área metropolitana, doce de estos en la capital atlanticense.
El mes de julio cerró con 62 homicidios en el área metropolitana. La capital registró la mayor cifra con 34 casos. El municipio de Soledad le siguió con 22; Malambo, con 5, y Galapa, con uno.
De los 34 homicidios registrados en Barranquilla en julio, 27 fueron cometidos bajo la modalidad de sicariato, es decir, el 85%.
Surgen preguntas entre la ciudadanía como ¿estamos en medio de una guerra entre bandas criminales? ¿Para qué sirve, entonces, la tasa de seguridad, las motos, las camionetas, las cámaras y los disntintos equipos entregados a la Policía?
Entre el 1 de enero y el 30 de julio de 2024, los homicidios han aumentado un 17 % en Barranquilla, un total de 247 casos.