Una revolución social se ha hecho desde el Sistema de Seguridad Social en Salud para la atención de la pandemia, desde donde se han dispuesto billonarios recursos para garantizar no sólo la atención en salud, sino también la afiliación, la disponibilidad de cama de unidades de cuidados intensivos, entre otros beneficios.
En el 2021, ya las personas están acudiendo nuevamente a los servicios de salud y, por ende, los mecanismos de financiación como la UPC y los presupuestos máximos se están consumiendo en servicios que no son de COVID-19.
Así mismo las personas que han estado afiliadas al régimen contributivo y que por la inactividad económica no pudieron seguir cotizando durante la pandemia, han seguido recibiendo los servicios de salud, no han sido suspendidos porque el Gobierno ha subvencionado todo el valor de la UPC. Cerca de 2.8 billones de pesos ha costado el mantenimiento de 2 millones de afiliados al sistema que no pudieron seguir cotizando por la inactividad económica.
«Como ven, el sistema de salud es muy exigente en recursos», dijo Godoy, y puntualizó en que por eso es necesario proteger la institucionalidad del sistema. Por ello, concluyó con que «hay que trabajar en los temas de calidad de acceso efectivo, pero lo que el sistema ha logrado en Colombia es una revolución social».